domingo, 3 de julio de 2011

Capítulo 11


Al día siguiente me levanté de la cama y miré el despertador… ¡OH mierda! Ya eran las 7: 30 y ni siquiera me había levantado de la cama… Me vestí batiendo un tiempo récord, bajé las escaleras y me dirigí a la parada del bus, ya no estaba, ¡¡dios!! ¿Qué hago ahora? ¿Cómo voy a llegar al colegio?
Entré en casa, busqué a mis padres, pero ellos ya se habían ido a trabajar.
Instintivamente fui al garaje, cogí la bicicleta de mi hermana, ya que era la más nueva, y me puse a dar pedales dirección al colegio.
Cuando llegué ya no quedaba nadie, todos habían entrado en clase, así que enganché la bici, y me fui a clase.
Llegaba 10 minutos tarde, las clases ya habían empezado. Entré por la puerta, y me disculpé por la tardanza, sin embargo, antes de que pudiera sentarme, la profesora me preguntó por qué había llegado tarde, y le contesté que me había quedado dormida, nada más decir eso, todos los de mi clase estallaron en carcajadas, y la profesora me mandó a dirección.
Y aquí estoy, sentada en una silla, esperando a que la directora me llame para comentarle mi despiste.
- ¿La señorita Molina?
- Sí, aquí estoy- por fin ya era hora, había estado en la maldita sillita como media hora, y tenía el culo cuadrado.
La directora tenía cara de pocos amigos, su despacho era bastante serio, me echó una buena bronca sobre las faltas de disciplina en el colegio, y todo eso.
Una vez que salí me dirigí hacia mi siguiente clase, la gente todavía andaba por los pasillos. Me senté, esta vez sí en el pupitre, y empezó la clase. Mientras pasaba yo todavía seguía inmersa en mis pensamientos, no sabía qué quería decirme Dani. Por fin, después de una aburrida clase sonó la campana indicando que ya había terminado la clase. Fui hacia la taquilla para recoger y dejar los libros que necesitaba o no. Carol, me acompañó a la taquilla, le dije que tenía que hablar con Dani en el patio de una cosa, ella ni se inmutó, y me dijo que tenía que ir a la biblioteca a por unos libros que buscaba para hacer un trabajo.
Seguidamente me dirigí a la cafetería a por algo de comer, porque no había comido, cuando elegí el bocadillo, mi di cuenta de que no había cogido la cartera de tanta prisa que tenía, sin embargo, alguien me preguntó que quería, me giré y vi que era Dani, quien me volvió a preguntar:
- Enserio, ¿qué quieres? Yo te invito.
- No pasa nada, yo tengo dinero.
- ¿De verdad?- me preguntó enarcando una ceja.
- No la verdad es que no, pero es tu dinero.
- No creo que me vaya a morir por 5 euros, eh
- Bueno vale, el de bacon con queso por favor.
Me pagó el bocadillo y nos sentamos en las mesas de la cafetería. Enseguida reparé que no iba con sus habituales amigos.
-¿Y tus amigos?
- Allí- dijo señalando una mesa cercana.
- Ah!
- Es que todos han empezado a zamparse el bocadillo y he visto que estabas sola y que no tenías dinero y me he acercado.
- Por cierto, ¿de qué querías hablarme?
- Pues haber…, que me caes genial, sí lo sé hemos hablado poco pero me caes muy bien. Y me gustaría que te vinieras con nosotros.
- Pero no los conozco…
- No pasa nada, son muy buena gente, ¿por cierto y Carol?
- Se ha quedado en la biblioteca, tenía que coger unos libros, se lo comentaré.
- Vale, luego hemos quedado al terminar el cole, si quieres vente con nosotros.
- Encantada- dije y me despedí.
Todavía faltaban 10 minutos para entrar en clase, así que fui a la biblioteca para hablar con Carol, se lo conté y aceptó encantada, salimos de la biblio y me comentó:
- Claudia, lo que quería el otro día cuando vino Natalie era decirte que de verdad lo siento, me siento culpable por lo que sucedió.
- Carol, enserio no te sientas culpable, eres mi mejor amiga.
- ¿Y Natalie?
- También, pero de otra forma. Sois lo más importante para mí.
- Aún así lo siento…
Sonó la campana, vuelta a clase…
Me tocaba ampliación de física y esa era la única asignatura que no compartíamos ya que Carol había elegido ampliación de biología. Entré en la clase de laboratorio de física y me senté en una mesa del fondo. Empezó a entrar más gente, entre ellos entró Dani, grité su nombre un par de veces y me vio, ¡qué bien! ¡Esta clase no voy a estar sola, está Dani!, el otro día debió faltar Dani, porque no le vi en clase, o no me fijé en él. Se sentó a mi lado. Empezaron las clases y el profesor nos explicó que el próximo día teníamos que traer una bata blanca obligatoriamente. Nos mandó qué hiciéramos una serie de ejercicios en parejas, y nosotros los hicimos juntos. La verdad es que era más buena que él en física y no paraba de hacerle de rabiar para que se equivocase, él por su parte me dedicaba una sonrisa preciosa cada vez que me metía con él. Terminó la clase y nos salimos riendo los dos; Carol ya nos esperaba en la puerta, me despedí de Dani y fui a mi taquilla a guardar los deberes que el de física nos había puesto. Cerré mi taquilla, me giré y me choqué con Carlos, él ni se inmutó siguió su camino como si nada. Grité su nombre, pero él no se giró, no sabía lo que le pasaba conmigo, pero llevaba mal el hecho de no hablar con alguien. Al doblar la esquina, le perdí de vista, me encontraba en el pasillo con mis cuadernos y las hojas de clase tiradas por el suelo. Nunca entenderé porque desde el primer momento que le vi, él se comportaba así conmigo, cada vez que intento acercarme él se va, ni que tuviese la lepra…
Recogí mis cosas y cerré la taquilla, alguien me cogió del brazo. Me giré y vi que era Lucas, el que me dijo que Carlos era el rarito del colegio, pero nunca me contó por qué. Se me ocurrió una idea, podía preguntar a Lucas sobre el pasado del chico, y así podría resolver muchas dudas de ese chico misterioso. Quería caer bien a ese chico, no me gustaba caer mal a nadie. Necesitaba respuesta del chico misterioso y sabía que él no me las iba a dar porque huía de mí siempre que lo veía, pero a lo mejor Lucas me podía aclarar algo…

CONTINUARÁ…