martes, 28 de junio de 2011

Capítulo 2


No fue amor lo que sentí al verle, más bien era repulsión, odio, no sé muy bien como explicarlo, ya que nunca antes había sentido nada igual por nadie, era como si eso que sentía por él, fuese desde hace años, en cambio yo no recordaba haberle visto.
Debe de ser que le miraba durante mucho tiempo, porque él se giró y nuestras miradas se cruzaron. En ese momento fue cuando él se dio cuenta de lo que yo sentía hacia él, y he de añadir, que a mí también me pareció que esos sentimientos que yo había experimentado al mirarle los experimentaba él ahora.
No tuve tiempo de pensar más en lo que me había sucedido porque inmediatamente Carol me llevó a nuestros respectivos pupitres a coger nuestras cosas porque ya eran las 3 y era hora de volver a casa.
Nada más salir de clase nos juntamos con todo el grupo, en los que ya conocía a Carol y a Ana pero sin embargo había tres chicos que aún no conocía. Ana me los presentó:
-Chicos, os presento a Claudia, es nueva este año.
-Encantado, me dijo un chico, yo me llamo Ismael, y soy el novio de Ana.
El novio de Ana también era guapo, pero si me dejáis acentuar no tanto como el de Lucía. Ismael tenía el marrón a juego con sus ojos, pegaba mucho con Ana ya que los dos eran bastante independientes y algo distantes,pero me pareció muy majo.
-Yo me llamo Ángel, dijo otro chico, encanto de conocerte, Ángel también era guapo, tenía el pelo negro como el de Ana y unos ojos marrones.
-Yo me llamo Juan, dijo el último chico.
 Juan era guapo, quizás el que más de los tres chicos, pero ninguno superaba a Lucas, parecía muy mayor, yo creo que tendrá como 19 años o así, además no llevaba uniforme por lo que deduje que no venía a este colegio.
Una vez presentados, vino Lucía con su novio, por el comportamiento de los tres chicos hacía Lucas, podría adivinar que no es que les cayera muy bien.
A pesar de las miradas que echaban los chicos a Lucas, Lucas no se molestaba, en vez de eso, vino a saludarme.
- Hola, seguro que no me habrán presentado, soy Lucas.
- Mi novio -añadió Lucía con un tono un poco repipi.
-Encantada, dije, y en ese momento empecé a sentir algo, no era como lo que sentí por el chico del pupitre, sino todo lo contrario, sentí amistad, admiración, calidez…, pero no era amor, era más sencillo, como protección.
Una vez presentados, Lucía y Lucas se despidieron mediante un pequeño beso. Yo me quedé mirando a Lucas desde la lejanía.
Cuando Lucía llegó, me miró de forma desafiante y me dijo:
-No te acerques a él ¿entendido?
-Uy, dijo Ana, ¿Lucía, no decías que tú gustas a los chicos por tu encanto?
-Pues claro, dijo ella.
-Entonces no te pongas celosa eh, jajajjajaja.
-No sé como puedes salir con ese, dijo Ángel.
-¿Por qué no os cae bien?, pregunté.
-Muy observadora ehh Clau. Nada, por discusiones que tuvimos unos años atrás.
-Bueno- dijo Carol intentando cambiar de tema- chicos os venís a dar una vuelta.
-Vale, dijeron todos al unísono.
-Mmm, yo no puedo Carol-dije.
-¿Por?
-Pues porque le prometí a mi madre que me quedaría hoy ayudándola a deshacer la mudanza.
-Ahh, vale, pues nada otro día será, dijo Carol.
Mientras me alejaba oí decir a Lucía que yo no le gustaba y que no quería ser mi amiga. Puff eso no es que me sentara genial, venga Claudia, el primer día y en vez de hacer amigos haces enemigos…
Corrí hasta la parada del autobús pero me di cuenta que el último bus había salido hace 10 minutos y que si quería coger otro tendría que esperar una hora y media. Así que pensé que tardaría menos si iba caminando a casa.
Por el camino me quedé pensando en todo lo que había pasado hoy, las personas que había conocido, las clases, los profes, el chico de la última fila…, entonces volví a recordar esa sensación. Pero no sabía por qué en clase me pasó eso, por qué sentía odio hacia él si yo nunca había sentido odio hacía nadie, era extraño… seguía tan sumida en mis pensamientos que sin querer me perdí. Puff otra cosa más este día…, bueno tampoco me entró el pánico, cogí y llamé a la primera casa que encontré y llamé a la puerta. Me abrió “el chico del último pupitre”, entonces sí que me entró canguelo. Con un hilo de voz pregunté:
-¿Sabes dónde está la calle Abedul?
-No, contestó y cerró la puerta de un portazo.
¿Pero qué le pasa a ese chico?, me pregunté; bueno, crucé la calle y llamé a la siguiente casa. Un hombre de anciana edad me abrió:
-¿Qué quieres chiquilla?
-Pues, que me acabo de mudar y me he perdido.
-Bueno no pasa nada, ¿a dónde quieres ir?
-A la calle Abedul, respondo.
-La calle Abedul…, mmmm…., ya, ya me acuerdo, a ver, gira esta rotonda y sigue todo recto, y llegarás a tu calle, allí luego mira tu número.
-Muchas gracias, dije.
-De nada, oye, -me preguntó- ¿vas al colegio Mediasmart no?- dijo mirando mi uniforme.
-Sí.
-Pues a ese colegio va mi nieto, se llama Lucas, ¿le conoces?
-Mmm, creo que sí (¡no puede ser! ¡Es el abuelo de Lucas!)
-Bueno hija, pues espero que se porte bien contigo eh.
-Claro, muchas gracias.
Me dirigí a casa, mientras pensaba en Lucas, que majo era, deben de ser genes porque su abuelo también era muy agradable. 


En cuanto me vio mi madre se puso a chillarme como una histérica.
-Vale mamá, lo siento por haber llegado tan tarde.
-Hija, es que me tenías muy preocupada. Pensé que te habías perdido.
-Bueno,…, la verdad es que…, sí que me he perdido, pero llamé a casa de un señor, y me ayudó a orientarme.
-Me alegro hija de que estés sana y salva.
-Vale mamá, no pasa nada, tranquila.
Mientras yo tenía esta conversación con mi madre, una persona desde la sombra de los árboles en frente de mi casa, nos observaba discretamente…
CONTINUARÁ…

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