lunes, 27 de junio de 2011

Capítulo 1


Amanecía, entraba el sol por la ventana de una manera que no te dejaba ver lo que había alrededor, te hacía daño a los ojos, y lo único que podías hacer era taparte la cara con la almohada; podía oír los chillidos de mi madre desde la cocina…, pero no me apetecía levantarme, haber, no es que sea una vaga, solo que ayer me acosté tarde preparando todo lo que iba a necesitar hoy, porque se supone que sería mi gran día, pero ahora me daba miedo enfrentarme al mundo que había fuera. Para que mi madre no se desgarrase la garganta tuve que levantarme de la cama, fui al baño y me puse mi nuevo uniforme, mientras me lo iba poniendo reparé cada vez más en los detalles que este tenía, los cuadros de color rojo no me gustaban nada, al ponerme el jersey del colegio me empezó a picar todo el cuerpo; cogí dos pinzas que tenía al lado del lavabo y cogí la espuma para realzar mis rizos, ya que mis rizos no eran nada definidos, pero bueno, me daba igual; cuando terminé me miré al espejo y comprobé lo pálida que estaba, que si le añadimos lo horroroso que era mi nuevo uniforme, tenemos como resultado que estaba patética.
No me demoré más tiempo en el baño y cogí el gloss para luego dármelo en el autobús, que según me había dicho mi madre me llevaría al colegio. Bajé las escaleras de mi nueva casa; ahh no os he dicho porqué me he cambiado de colegio, pues la verdad es que mi madre soñaba con una casa grande y el año pasado lo consiguió, pero como consecuencia tuve que despedirme de mi mejor amiga Sandra, también tuve que decir adiós a todos mis amigos y a toda la gente querida que tenía en el lugar donde vivía. Bueno a lo que iba, bajé a desayunar y me cogí una barrita energética de esas porque ya llegaba tarde para coger el autobús, me despedí de mi madre y de mi hermana, cogí mi mochila para ir al colegio y corrí hasta la parada; por suerte llegué a tiempo de coger el autobús, nada más subirme me senté en el penúltimo asiento del autobús, cogí mi iPod y me puse a escuchar música. Al pasar un rato comprobé que el autobús estaba ya lleno de personas de mi colegio, de los cuales ninguno se sentó a mi lado, bueno que más da. Llegué al colegio, ya eran las 8, es decir llegaba justísima de tiempo; al principio no sabía a donde ir, ya que no me conocía el colegio, y no sabía donde se encontraba secretaría; al final me encontré con un señor de limpieza y me señaló hacia donde me tenía que dirigir. Cuando llegué le pregunté a la secretaría, en que clase iba a ir este año y todo eso, cogí el horario de asignaturas y fui a la clase (ahh, no os he dicho a qué curso paso, pues bien este año estoy en 2º de Bachillerato). Llegué a mi clase y me encontré con el típico grupo de chicas perfectas del colegio, (ohh dios, si es que es más pijo este colegio…), al final me senté en un pupitre que había vacío y esperé a que la clase empezara. Al principio me sentía avergonzada, porque no conocía a nadie y me sentía muy intimidada; la primera hora se me hizo eterna y la siguiente también pero lo que peor iba a ser era el recreo, puff con lo tímida que soy yo todo el mundo se va a meter conmigo. Nada más tocar la campana, todo el mundo salió disparado hacia el recreo, en el recreo yo no sabía con quién irme, no conocía a nadie ¿qué hago?, pensé, me dí una vuelta por el patio y encontré a unas chicas hablando en una esquina, ¡habla!, me dije por dentro, pero no me salían las palabras, aunque una de ellas debió de leerme la mente y dijo:
-¿Quieres sentarte?
-Sí
-Eres nueva, ¿no?, nunca antes te había visto.
-Sí, soy nueva.
-No te cortes, -dijo la otra chica que estaba sentada a su lado- yo me llamo Carolina, aunque me llaman Carol, ella es Ana
 y la que está hablando por el móvil es Lucía. 
Carol tenía el pelo pelirrojo y algo ondulado, unos ojos verdosos intensos, pero lo que más destacaba de su cara eran esas pestañas larguísimas que escondían sus ojos. Ana tenía el pelo negro como un cuervo, largo y liso, con unos increíbles ojos grises que impactan con su color de pelo, Lucía era increíblemente guapa, aunque parecía una chica normal, con pelo castaño recogido en una coleta, y unos ojos negros, había algo en su cara que la hacía irresistiblemente atractiva, por eso debe de ser que todos los chicos estuvieran locos por ella.
-Encantada mi nombre es Claudia (ahh bueno no me he descrito, pues haber…, soy más o menos alta, con el pelo castaño y con ojos verdes, la verdad es que no soy ni el doble de guapa que esas chicas).
-Aishh me encanta ese nombre, Lucía ¿podrías tener un poco de respeto y apagar el móvil?
-Vale, vale, ya voy, adiós Lucas.
-¿Quién es Lucas?, me aventuré a preguntar.
-Es mi novio, ¿quién si no?, dijo la chica que estaba con el móvil.
-Sí, que no te asombre, pero es la chica que mas novios ha tenido en la vida de este colegio.
-Haber, que quieres que haga, soy guapa, todos los chicos se  tiran a mí.
-Si claro, dijo Carolina soltando una carcajada, y bueno Clau ¿te puedo llamar así?- simplemente asentí-, ¿por qué te has cambiado de colegio?
-Pues porque mi madre quería cambiar de casa, y tuve que mudarme.
-Es lo más lógico, dijo Anabel, nosotras en cambio llevamos en este colegio desde que nacimos.
-¿De dónde vienes?
-Pues haber…, del sur de Madrid.
-Bueno, tampoco es tan lejos, ¿seguirás manteniendo el contacto con tus amigas no?
-Sí, bueno sólo con mi mejor amiga Sandra; pero ya casi no nos vemos y la distancia está haciendo que ya casi no hablemos.
-Ohh, que pena.
En ese mismo momento sonó la campana del colegio, y todos nos juntamos en la puerta de nuestro pabellón. Nada más acercarme pude comprobar la cantidad de gente que había en este colegio, y pude ver los diferetentes grupos que había: estaban los insoportables pijos; también los skaters; los friquis; las empollonas; la metomentodo; los deportistas y por último las chicas con las que había hablado. Lucía corrió a encontrarse con uno de los skaters; no pregunté pero intuí que era su novio Lucas. Él era muy guapo, con ojos azules, pelo rubio y una sonrisa cálida. Es decir en pocas palabras “un bombón”. Sin embargo, había algo en él que me parecía demasiado misterioso y que daba un poco de miedo. Bueno volviendo a la realidad…, entré en clase y lo mejor fue que me di cuenta de que Carol iba a mi misma clase, las otras dos chicas estaban en otra clase, pero por lo menos conocía al alguien ya en mi clase. Las siguientes horas se me hicieron más amenas que las anteriores ya que casi siempre Carol se ponía a hablar conmigo rompiendo el hielo, y me presentaba a todos los profesores, eso me hacía sentir reconfortada.
Por lo que me enteré Ana también tenía novio, y pertenecía a nuestro grupo, sólo que como los chicos iban a su bola en el recreo, no lo conocía. En la última clase cogió Carol y me presentó delante de toda mi clase (fue lo más vergonzoso de todo este día).
Algunas chicas me miraban como si fuese la típica chica rara, otros chicos ni siquiera me miraban, pero la verdad es que yo solo podía fijarme en un chico sentado en el último pupitre…
CONTINUARÁ…




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